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Reclutamiento

¿Cómo superar el duelo por la pérdida de un empleo?

Amarilys (Amy) Gil
Amarilys (Amy) Gil |

Incontables las veces que he escuchado a alguien decirle a otro colega o familiar frases como “no es para tanto, va a venir otro trabajo”, “la vida sigue, somos un número, no es el fin del mundo” o “el trabajo no lo es todo en la vida, ya conseguirás otra cosa”.

 

Lo que muchas personas no saben es que el empleo, para la vida de las personas, es mucho más que solo un medio de sustento. Según los expertos y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pérdida laboral es el tercer impacto emocional más potente en las personas, precedido solo por la pérdida de un ser querido y la separación de pareja.

 

“Generalmente hablando, el trabajo es bueno para la salud física y mental, comparado con la cesantía o el desempleo. El empleo es ordinariamente el medio principal por el que se obtienen los recursos económicos adecuados para el bienestar material y la participación plena en la sociedad, y con frecuencia es parte central de la identidad del individuo y el estatus social. Además, los efectos negativos del desempleo sobre la salud también están bien documentados. Existe una fuerte evidencia que muestra que el trabajo es generalmente bueno para la salud física y mental y el bienestar”.

—Entornos Laborales Saludables: Fundamentos y Modelo de la OMS (2010).

 

El contexto en el que se genera la pérdida de un empleo puede determinar las emociones que surgen, pero generalmente desencadena etapas similares a las de otro tipo de duelos:

 

Puede que hayas atravesado un duelo “antes de salir de tu empresa” o después. En cualquiera de los casos, psicológicamente se genera una ruptura de la relación laboral, lo que deriva en cambios en motivaciones e intereses, así como emociones como ira, tristeza o, en casos más graves, depresión.

 

Un empleo es más que una fuente de ingresos; está relacionado con nuestra autopercepción, con cómo nos sentimos útiles en el mundo y con los propósitos que nos llevaron a estudiar, emprender o especializarnos en un área. Perder un empleo puede afectar nuestra autoestima y la manera en que percibimos el mundo laboral y nuestro entorno.

 

¿Cuáles son las emociones normales durante la pérdida de un empleo?

 

Si perdiste tu trabajo y sientes estas emociones, debes saber que es completamente normal. Nadie tiene derecho a invalidarlas; tus emociones son tuyas y reflejan la importancia que le dabas a ese empleo.

 

No todas las personas atraviesan este proceso con la misma intensidad, pero superar el duelo implica pasar por diferentes fases:

 

  1. Negación: En esta fase, no somos capaces de asimilar la información. El estado de shock dificulta el pensamiento e intensifica las emociones. Para superarla, es esencial fortalecer la comunicación con familiares y amigos. Este apoyo externo proporciona perspectiva y ayuda en la aceptación interna.

  2. Ira: Algunas personas se estancan en esta etapa, volcándose contra quienes los rodean. Aunque el enojo puede ofrecer una satisfacción inmediata, a largo plazo daña las relaciones y dificulta el avance. Una vez más, la comunicación es clave para superarla.

  3. Depresión: Surgen pensamientos negativos recurrentes que afectan la autoestima y las acciones. También se alteran hábitos básicos como el sueño, la alimentación y, en casos extremos, la higiene y las relaciones sociales. Estas conductas también pueden dificultar futuras entrevistas de trabajo, ya que mantener una buena imagen interna y externa es crucial para el éxito en un proceso de selección.

  4. Aceptación: Es el momento en que asumimos nuestra nueva situación y nos ponemos manos a la obra, elaborando un plan de búsqueda de empleo.

 

Algunas personas avanzan rápidamente entre las fases, mientras que otras necesitan más tiempo o acompañamiento. Lo importante es avanzar, y diría que lo más relevante es no transitar este proceso en soledad.

 

Recomendaciones para transitar por la pérdida de un empleo:

 

  • Apóyate en tus redes familiares y profesionales: Comparte tus emociones, temores y preocupaciones con otros. Te sorprenderá descubrir cuántas personas están dispuestas a apoyarte.

 

  • Busca ayuda profesional: Psicólogos laborales o coaches de empleabilidad pueden ofrecerte herramientas actualizadas para reducir el tiempo que tardarás en encontrar un nuevo empleo. La tecnología está transformando rápidamente las áreas de reclutamiento; prepárate adecuadamente para enfrentarte a estos cambios.

 

  • Establece rutinas y planifica tu búsqueda: Considera que buscar empleo “es un trabajo”. Despiértate a la misma hora, postúla en horarios regulares, lleva un registro de tus aplicaciones y analiza los resultados. También es importante incluir pausas para descansar y practicar deporte. Y si hay días en los que no puedes levantarte de la cama, permítete descansar, pero vuelve a tu rutina al día siguiente.

 

  • Rodéate de personas que te inspiren: En esta etapa, evita rodearte de personas negativas o que te infundan miedo. Busca apoyo en quienes te motiven y aporten una perspectiva positiva. Recuerda que buscar empleo es un proceso 99% mental.

 

Estos son solo algunos consejos para transitar este proceso de forma más llevadera. Si necesitas acompañamiento, te invito a explorar mis programas personalizados de coaching de empleabilidad. Además, en mi sitio web encontrarás recursos gratuitos, como revisiones de currículum y artículos que te ayudarán a reenfocar tu búsqueda laboral.

 

¡No te rindas! Lo que buscas ya existe y está esperando por ti. Cree en ti mismo/a y da el primer paso.

 

Amy Gil

Psicóloga laboral y coach de empleabilidad.

 

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