Incontables las veces que he escuchado a alguien decirle a otro colega o familiar frases como “no es para tanto, va a venir otro trabajo”, “la vida sigue, somos un número, no es el fin del mundo” o “el trabajo no lo es todo en la vida, ya conseguirás otra cosa”.
Lo que muchas personas no saben es que el empleo, para la vida de las personas, es mucho más que solo un medio de sustento. Según los expertos y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pérdida laboral es el tercer impacto emocional más potente en las personas, precedido solo por la pérdida de un ser querido y la separación de pareja.
“Generalmente hablando, el trabajo es bueno para la salud física y mental, comparado con la cesantía o el desempleo. El empleo es ordinariamente el medio principal por el que se obtienen los recursos económicos adecuados para el bienestar material y la participación plena en la sociedad, y con frecuencia es parte central de la identidad del individuo y el estatus social. Además, los efectos negativos del desempleo sobre la salud también están bien documentados. Existe una fuerte evidencia que muestra que el trabajo es generalmente bueno para la salud física y mental y el bienestar”.
—Entornos Laborales Saludables: Fundamentos y Modelo de la OMS (2010).
El contexto en el que se genera la pérdida de un empleo puede determinar las emociones que surgen, pero generalmente desencadena etapas similares a las de otro tipo de duelos:
Puede que hayas atravesado un duelo “antes de salir de tu empresa” o después. En cualquiera de los casos, psicológicamente se genera una ruptura de la relación laboral, lo que deriva en cambios en motivaciones e intereses, así como emociones como ira, tristeza o, en casos más graves, depresión.
Un empleo es más que una fuente de ingresos; está relacionado con nuestra autopercepción, con cómo nos sentimos útiles en el mundo y con los propósitos que nos llevaron a estudiar, emprender o especializarnos en un área. Perder un empleo puede afectar nuestra autoestima y la manera en que percibimos el mundo laboral y nuestro entorno.
Si perdiste tu trabajo y sientes estas emociones, debes saber que es completamente normal. Nadie tiene derecho a invalidarlas; tus emociones son tuyas y reflejan la importancia que le dabas a ese empleo.
No todas las personas atraviesan este proceso con la misma intensidad, pero superar el duelo implica pasar por diferentes fases:
Algunas personas avanzan rápidamente entre las fases, mientras que otras necesitan más tiempo o acompañamiento. Lo importante es avanzar, y diría que lo más relevante es no transitar este proceso en soledad.
Estos son solo algunos consejos para transitar este proceso de forma más llevadera. Si necesitas acompañamiento, te invito a explorar mis programas personalizados de coaching de empleabilidad. Además, en mi sitio web encontrarás recursos gratuitos, como revisiones de currículum y artículos que te ayudarán a reenfocar tu búsqueda laboral.
¡No te rindas! Lo que buscas ya existe y está esperando por ti. Cree en ti mismo/a y da el primer paso.
Amy Gil
Psicóloga laboral y coach de empleabilidad.